martes, 12 de junio de 2012

La Reinvención de las Administraciones Públicas





Pintura de la dinastía ming



La dinastía Tang se hizo con el poder en el milenario imperio chino enel siglo VII y se mantuvo hasta comienzos del siglo X. La época Tang fueun período de esplendor sin precedentes. Se realizó una reforma administrativa que estableció un sistema de elección de funcionarios públicos que, en muchos aspectos, ha sobrevivido hasta la actualidad. Se dio más poder al gobierno imperial y se reorganizaron los podereslocales. También se estableció un nuevo código de leyes muy avanzado.

Las Administraciones públicas del s. XXI han cambiado. Frente al estereotipo de las organizaciones burocráticas, basadas en las relaciones jerárquicas, sobrecargadas de montañas de papeles y caracterizadas por la opacidad y la esacasa o nula relación con los ciudadanos, hoy en día se recupera la noción del servicio al ciudadano como referente de toda la actuación.

A todos nos suena ya la melodía de  la Reforma Administrativa que nos trae conceptos novedosos como el empowerment, accountability, governance, public private parnetship, servicios de interés general, obligaciones de servicio público, y benchmarking. En definitiva, vocubulario gerencial que define una nueva manera de administrar, abierta y plenamente interaccionada con el ciudadano cliente, que reinventa los Estados y los Gobiernos, como ya vaticinaran  OSBORNE Y GAEBLER.

Las Administraciones Públicas son objeto de estudio desde diferentes puntos de vista, que van desde la Teoría Política, al entendimiento como un sistema dentro del subsistema social, e incluso con un enfoque sociológico. Sin embargo, ha sido la Ciencia de la Administración, la que con un marcado carácter interdisciplinar se ha acercado a esta realidad administrativa con un enfoque distinto.

Desde la perspectiva de la Ciencia de la Administración, el objeto de estudio de las Administraciones públicas se sitúa en la vertiente del Estado organización, sin olvidar el contexto político en el que nos encontramos. Asimismo, se ofrece una visión sobre los objetivos, el cambio y el crecimiento que el Sector Público ha experimentado en los últimos años, motivado en parte por la idea de satisfacer las masivas demandas de los ciudadanos.

BAENA DE ALCÁZAR define a las Administraciones Públicas como organizaciones con un marcado fin institucional: "el servicio a los intereses generales". Fórmula generalista que condensa  lo que representan a la Administración de nuestros días, resumida en  la Constitución Española en su artículo 103.

Ya hemos avanzado que las Administraciones Públicas y su papel en la sociedad ha cambiado sobremanera con la afirmación de los Estados Sociales y de Derecho. Con ello  no sólo se ha producido un incremento del volumen de recursos económicos necesarios para el cumplimiento de los programas políticos, sino que también se ha proyectado en la vertiente organizativa.

Las Administraciones Púbicas de hoy en día no pueden entenderse como una monolítica uniformidad, sino que cada vez más hay que prestar atención a la pluralidad, por la diversidad de intereses en juego, más si cabe, en un Estado Compuesto como el nuestro. Por ello, desde la Economía de las organizaciones se apuntala como valor en alza la maximización de la racionalidad de las actuaciones públicas, lo que comporta un cambio cultural. Las burocracias actuales tienen que aprender a gestionar la complejidad, sin olvidar la rendición de cuentas a los ciudadanos. Se busca la optimalidad de los recursos y se hace hincapié en la responsabilidad por los Resultados.
Es un lugar común de la Economía del Bienestar que los poderes públicos han asumido como papel principal la "actividad prestacional" y para hacer realidad estos deseos se han tenido que estructurar, redimiensionar y abrirse a la competencia, tomando como referente de todo ello  el principio de la  la unidad de acción y el análisis coste beneficio.


Siendo evidente el cambio cualitativo que implica el paso  de la Cultura del trámite a la Filosofía del Resultado,  no lo es tanto que el principio jerárquico ya no sea suficiente para organizar lo público. La coordinación, la colaboración y el principio de lealtad institucional, son los verdaderos protagonistas de esta nueva forma de entender la actividad administrativa, y ésta es en mi opinión la gran asignatura pendiente de nuestros Estado Autonómico.
Bajo el lema de una Administración y una competencia, se está abriendo el camino hacia el paradigma de la Administración única y el Pacto Local que defiende la reordenación del Estado español en clave autonómica. Una apuesta decidida por avanzar en la profundización de  la división territorial del poder y no en su desintegración, que parte de la necesidad de su racionalización mediante el uso de fórmulas y mecanismos definidores de un  federalismo funcional, ejecutivo o de tipo cooperativo.  Postulados que, por otra parte, no se pueden detener únicamente en el ideario  político,  sino que se han de proyectar también en nuestros sistemas de financiación autonómco y local bajo fórmulas de federalismo fiscal.

Sobre estas ideas, baste apuntar ahora, el nuevo paquete de medidas legislativa que el Gobierno  y el Grupo de Expertos creado al efecto ha lanzado sobre la Reforma del Gobierno local, ampliamente demandada por el sector doctrinal, cuyo eco ya se ha hecho notar en los mentideros blogeros. estudiconsultoria.com

Por otra parte, ya en el interior de nuestras organizaciones, la pleyade de órganos y organismos que han surgido en nuestras comunidades, también  deben reconducirse a la unidad de dirección. Los gestores públicos que definen los objetivos con la máxima claridad posible, luego han de transmitirlos al  aparato burocrático, desde el empleado del máximo nivel jerárquico hasta el funcionario de ventanilla. Hay que hacer partícipes a los empleados de línea en la decisiones, para lograr el compromiso con los objetivos organizacionales.