A continuación (AQUÍ) os adjunto un link que ha tenido a bien enviarme Rafael Jiménez Asensio con las reflexiones acerca de los recortes ya realizados y los que han de venir como consecuencia del inminente rescate a España y el impacto curioso que se está produciendo en la institución del empleo público, sobre todo, en el personal laboral.
Homogeneización que debiéramos bautizar más bien como "igualación a la baja o en los recortes", lo que no deja de suscitar debates y divergencias entre el conjunto del personal del sector público que todavía asiste incrédulo a esta cura de adelgazamiento que se ha impuesto en la práctica y que, como era de esperar, está siendo cuestionada por el Sector Privado, que demanda, no sin razón, mayor profundización en los ajustes emprendidos, pero también, y es lo que ha encendido las señales de alarma, en el seno de nuestras organizaciones, dando lugar a una verdadera degeneración en el ambiente y la cultura organizacional.
En todo caso, como bien se apunta al final del texto, la citada homogeneización dista mucho de ser real, puesto que el personal laboral, y dentro del mismo, el laboral sujeto al EBEP, se encuentra en una posición de vulnerabilidad absoluta, discriminado frente al personal funcionario, pero también y de forma injusta frente al personal de tipo laboral cuya regulación queda fuera del EBEP.
Hechos ciertos que, como ya me ha ocurrido en otras ocasiones, me recuerdan a un pasado que creía lejano con la aprobación del EBEP, y que quizad y espero que sólo en mi mente, pueda dar lugar a la emergencia de un amasijo de reglamentaciones en función de las clases de empleados públicos que coexisten en la realidad de nuestras organizaciones públicas, lo que provocará una regresión de los avances conseguidos con el denominado Estatuto del Empleo Público.
Todavía recuerdo aquel Godot esperado que llegaba por fin con la aprobación del EBEP allá por el año 2007, si bien, como sabemos, con entrada en vigor diferida en muchos de sus puntos, probablemente los que más revelaban la experiencia modernizadora que estaba detrás de esa agenda reformista.
Pues bien, me quedo a la espera de las próximas medidas que nos depara el futuro de la gestión del empleo público de nuestro país. Elementos de reforma que, en mi opinión, debieran seguir la hoja de ruta implantada por el EBEP, apuntandos en post anteriores, como son: la institucionalización de una Dirección Pública profesionalizada mediante la aprobación de un Estatuto del Directivo Público,desarrollo de la carrera horizontal e implantación de sistemas de evaluación del desempeño...
En definitiva, medidas de reforma que harán ganar en eficacia y en eficencia al Sector Público, y con ello, mejorarán la experiencia vivida por el conjunto de los ciudadanos clientes en la recepción de los servicios públicos.